Se que no puedo continuar pensando en ti, se que me hace daño recordar, no puedo irme a dormir pensando en ti y llorar desconsoladamente abrazando mi almohada.
Se que no debo cambiar por ti, que unos besos no nos llevan a nada por intensos que fueran, que no dejaras tu vida por mi ni yo la mía por ti.... que lo que paso, pasó por alguna razón, nos pilló en un momento de debilidad y soledad a ambos y simplemente el destino nos puso a uno en el camino del otro y ocurrió. Se que de otra manera nunca hubiera pensado en que pasase.... nunca hubiera surgido... nunca me lo hubiera planteado....
Y aun sabiendo todo esto, sigo sin poder olvidar, me niego a creer que fue casualidad, se que no fue fortuito, se que ninguno lo planeamos, que surgió sin más, que nos pilló desprevenidos, sin esperar que ocurriera.... Simplemente descubrimos que estando juntos, sonreíamos sin parar, que no podíamos dejar de acariciarnos y que el día que no nos veíamos nos buscábamos desesperadamente hasta encontrarnos, y cuando eso sucedía, volvíamos a abrazarnos como si no nos hubiéramos visto en años.
No puedo explicar aun a día de hoy el porqué, no soy capaz de recordar que me hizo verte de otra manera, solo se que me diste lo que necesitaba en cada momento y eso es lo que hoy me sigue haciendo daño. No hay culpa que echar a ninguno de los dos... tu estabas ahí, con tus palabras medidas para mí, tratándome como a una reina cuando más lo necesitaba, estando pendiente las 24 horas de lo que me podía hacer falta, acariciándome y soltándome la mano alargando el momento porque sabíamos que con la salida del sol eso no sería posible....
No se en que momento me dejaste de ver como antes y decidiste que podías robarme un beso, arriesgándote delante del mundo. No se que se te pasó por la cabeza cuando me agarraste de la mano paseando bajo la luz de la luna sin importarte quién pudiera vernos...fue quizá que no solté tu mano y te acaricié durante todo el paseo...decidiste que con nuestras manos entrelazadas no me escaparía, confiaste en que pasear sin que corriera el aire entre nuestros cuerpos era una buena opción para acabar la noche.
Yo me conformaba con ir de la mano, mirando la luna y las estrellas que nos acompañaban durante nuestro trayecto, quisiera saber que te hizo pensar que el siguiente beso que nos diéramos sería de mutuo acuerdo, que no tendrías que robármelo... quizá fue entonces cuando sin dejar de soltar nuestras manos, dejamos de hablar, giramos nuestras caras para encontrarnos uno en la mirada del otro, se detuvo el mundo durante ese instante, no se oía nada a nuestro alrededor, la gente desapareció para nosotros.... y sin pensarlo dos veces nuestros labios se decidieron a acercarse.
Fue un beso cálido, un beso de cariño, un beso que decía "tengo que besarte hoy, no puedo evitarlo", un beso delicado, medido, un beso que no sabía que pasaría segundos después, un beso en los labios que fue acercándose tan lentamente por si alguno pensaba en retirarse....pero no lo hicimos, solo nos miramos fijamente a los ojos, miramos nuestros labios y lo hicimos, nos besamos sin pensar más allá, solo hicimos lo que deseábamos en ese momento, sellamos una noche preciosa de baile, risas, tonteo, cariño, amistad.... lo juntamos todo y el resultado fue besarnos.
Se que no puedo vivir de estos recuerdos eternamente, pero tampoco podría seguir viviendo sin ellos, se lo que sentí al besarte, se lo que me hiciste sentir al besarme, al abrazarme, al acariciarme, al cantarme canciones al oído, al mirarme fijamente a los ojos, al bailar pegados y apretados, al robarme ese beso a traición... se lo que sentí cuando me lo robaste, se que fui yo la que dije que no pasaba nada por hacerlo... y ahora solo se que las casualidades no existen, que todo pasa por algo y que en el camino podemos escoger hacia donde ir, y que en ese camino tropezaremos una y mil veces con la misma piedra, pero eso es la vida, aprender a cada paso y no arrepentirse nunca de nada. Nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario